miércoles, 30 de enero de 2013

Fiesta de cumpleaños

Me decidí por ir a la Universidad a comprobar si había entrado o no, esto era de vida o muerte. Debíamos ir a buscar las notas de ingreso a las 6 p.m., subí las escaleras asustada, angustiada y nerviosa. Vi a un par de amigas llorando por no haber ingresado, me limité a abrazarlas y trate de no ponerme más nerviosa. Entre, dije mi apellido... "Entraste" Dijo el director de la carrera, no quise saber ni el como ni el porque, ni las notas. Mi sonrisa vendía que me había salido todo bien. Seguí abrazando a todos los amigos que no habían tenido la misma suerte.
Ese lunes era casualmente el cumpleaños de un amigo, el también intentó ingresar y no tuvo suerte. Así que el lema de su cumpleaños fue tomar para festejar y ahogar penas paralelamente.
Luego de buscar las notas todos nos dirigimos al departamento del cumpleañero. Iban todos quejándose por no haber entrado, Sol (una amiga) y yo nos dedicamos a hablar de cosas más importantes.
C: - Espero que tenga algún amigo lindo, para mirarlo al menos.. Jajajaja -
S: - Jajaja, tiene uno que es lindo, no sé si es de tu estilo, pero es lindo -
C: - Ay no, me muero ¿Como es? -
S: - Ya lo vas a ver -
A: - ¿De que hablan? -
S: - Le contaba del amigo lindo de Feli -
A: - ¡Es perfecto! -
Ahí me percaté de que esa noche me iba a enamorar por unas horas de algún chico lindo de pueblo. Seguramente tranquilo, callado y tímido. Pero muy lindo. Y que obviamente, no me haría nada de caso.
Llegamos al departamento, pequeño, pero para unos estudiantes no estaba nada mal. Nos sentamos a tomar mates y charlar mientras pensábamos que comer esa noche.
Escuchamos que alguien bajaba las escaleras, una amiga junto a mí me codeó, gire a mirarla y cuando volví a mirar al frente no encontré ningún chico de pueblo. Era aún mejor de lo que había imaginado. Morocho, ojos marrones, un aro en la ceja, unos 25 años, lentes de pasta, barba de hacía unos días, bien vestido. Muy mi tipo.
F: - El es Teo, vive conmigo -
T: - Hola -
Todas nos miramos y suspiramos un "hola" a modo de coro. No exagero si digo que era del tipo de hombres solo se encuentran en las películas. Era muy atractivo físicamente, pero sobretodo inteligente. Era ingeniero de algo, no me acuerdo de que, pero recuerdo que era muy inteligente.
Volví a mirarlo para asegurarme de que este hombre era de verdad. Mucho tiempo después sigo sin creer que un hombre pueda ser tan hermoso.
Mientras todos hablaban y tomaban mates, yo me enviaba mensajes con una amiga. Entre bromas me termino invitando a mí y a todos los demás en el departamento a su quinta. No era lejos, y mi amigo (que aún seguía triste) merecía tener un buen cumpleaños. Avisé en voz alta que había conseguido donde festejar el cumpleaños y todos contestaron con una afirmación unánime. Nos dirigimos al quiosco más cercano, los chicos llenaron sus mochilas de botellas y emprendimos camino.
En el camino noté como Agustina intentaba atraer a Teo. Él no parecía del tipo fácil. Para Agustina tal vez sería difícil lograrlo, pero haría todo lo necesario. Obviamente yo y unas cuantas de mis amigas nos encontrábamos interesadas en él. No sería fácil para ninguna.
En el camino otra amiga me iba tirando toda la data sobre él. 25 años, estaba trabajando y estudiando, era de un pueblo de no muy lejos y tenía novia hacia un par de años.
Pasamos la noche tomando cerveza, me dediqué a mirarlo poco y no demostrar la misma desesperación que Agustina. Hablamos pocas cosas y en mis comentarios trate de hacerle la contra y "pelear", eso siempre funciona.
T: - ¿Porque criticas todo lo que digo? -
C: - Nose, no estoy de acuerdo con vos solamente -
T: - Estas segura -
C: - Si, muy -
Seguí mirándolo, me hice cómplice de sus amigos y los puse de mi lado. Tomé la cerveza y me juré no pasársela  no se la iba a hacer fácil. Al terminarse la cerveza le avisé a la dueña de casa que iría a la cocina a buscar otra. Asintió y entré. Abrí una botella, me dí vuelta y estaba ahí atrás.
T: - Hagamos las pases, seamos amigos -
C: - Ok - ¿Amigos? Yo no quiero ser tu amiga...
Me abrazó y me reí tratando de evitar lo poco que me había sonrojado. 
Al llegar la tercer botella de cerveza ya estaba algo borracho. El y sus amigos estaban tomando desde hacía unas cuantas horas.
T: - Te tengo enfrente y te puedo ver las tetas desde acá -
C: - No se si eso es algo bueno o malo -
T: - Por un lado no soy el único que lo esta haciendo y por el otro no me molestaría seguir viendo -
C: - Ah, para chamuyar sos un genio.. -
Se hicieron las 3 de la mañana y nos quedamos sin nada para tomar. Entre todos juntamos algo de plata para salir a comprar algo. El quiosco más cercano estaba a 5 cuadras, emprendimos camino él, unas amigas y yo.
Él hizo todo el camino mientras hablaba con Agustina.
Yo solo hable con mis amigas y me distancie un poco de él. No quería estar encima toda la noche, iba a quedar mal. Descubrimos que no vendían alcohol en ese horario en ningún lado. Hicimos el camino de vuelta resignados y con ganas de volver a dormir a nuestras casas. Al llegar nos percatamos de que se vendría una tormenta. No nos quedaba otra opción más que irnos.
C: - Feli, ¿Una amiga y yo nos podemos quedar en tu departamento y esperar un taxi? -
F: - No hay problema, cuando llegamos les pido uno -
C: - Gra.. - Me paró para hablar
T: - Si queres te podes quedar a dormir en el departamento... conmigo -
C: - Por lo visto te hace mal tomar... -
T: - Lo digo enserio -
Volvió a abrazarme, volví a sonrojarme.