domingo, 4 de marzo de 2012


¿Para qué tener tantos amigos si al final de cuentas no tienen tanto valor como los grandes amigos? A pesar de que siempre digamos que todos tienen un mismo lugar y espacio en nuestro corazón, siempre está al que le damos un poquito más de nuestro corazón, siempre esta ese amigo/hermano. Al que conociste por casualidades de la vida y en ese preciso momento supiste que iba a ser tu amigo, lo viste un par de veces más y reafirmaste lo que dijiste la primera vez. Ese al que tal vez no vemos tan seguido como quisieramos, a ese con el cual no podemos pelearnos ni discutir y no podernos aguantar las ganas por solucionarlo, con el que se comparten más de una cosa y se disfrutan cosas juntos. Al cual no podemos dejar de contarle algo, al que no vemos por poco tiempo y ya lo extrañamos, al que sabe donde están las cosas en tu casa, el que sabe los nombres de tus mascotas y las ama tanto o más que vos. Al que le compartiste una y mil veces la ropa, con el que se sacan mil fotos haciendo caras y borran más de la mitad después, con el que cantas esas canciones que te encantan, con el que te reís de cualquier cosa, porque te sentís cómodo con su familia, por mil y un cosas más ese amigo se transforma en hermano.
Porque no importa que depare el destino, sabés que querés compartir tu vida con él y tenerlo ahí siempre.
Gracias por todo y perdón por las metidas de pata.
Te amo hermana del alma