domingo, 12 de agosto de 2012

4 a.m.

Despertar decepcionada a la madrugada al darme cuenta de que no estás durmiendo a mi  lado, volverte a pensar y darme cuenta de que no lo estuviste. Extrañarte. 
Abrazar la almohada como si fuera a encontrar algún consuelo en algo sin vida, imaginar que me abrazas, que me hablas al oído, y besarnos, no estoy distinguiendo mis fantasías de la realidad. 
Son las 4 a.m., miro al techo y pienso incontables veces ¿En donde te encontrarás? Seguramente te perdiste en la noche, en el alcohol, en tus vicios, en tus amigos, en mujeres que conociste esa noche. Pero sigo acá, esperándote  porque sabes donde encontrarme y como siempre... volvés.